sábado, 23 de febrero de 2013

EL MOISÉS DE MIGUEL ANGEL


El Moisés de Miguel Ángel
La obra a comentar es el Moisés de Miguel Ángel. Originalmente concebida para la tumba del papa Julio II en la Basílica de San Pedro, aunque finalmente se colocó en la iglesia de san Prieto in Vincoli, tras la muerte del papa.
La explicación es de porqué Julio II eligió a Moisés para adornar su monumento y colocarla en una iglesia ya que era judío, es con el fin de honrar a los Diez Mandamientos, aquellos que el Gran Patriarca impuso a su pueblo y que recibió grabados en las famosas tablas de piedra que, según la leyenda, obtuvo del mismo Dios en el monte Sínai. La idea primitiva del proyecto era monumental. Comprendía 40 estatuas además del Moisés y sus medidas superaban los 10 metros de alto por siete de ancho. Todo debería estar esculpido en mármol de Carrara con relieves de bronce. Sin embargo, la construcción tuvo graves problemas, iniciados cuando Julio II decidió derivar parte del mármol destinado para el monumento, hacia la construcción de la Catedral de San Pedro. El carácter independiente de Miguel Ángel, muy amargado y ofendido, optó por abandonar el proyecto y marcharse de Roma para volver a Florencia, dejando la estatua de Moisés iniciada en su ejecución.  Julio II, buscó a Miguel Ángel y lo encontró finalmente en la ciudad de Bolonia en 1506, donde lo obligó a disculparse. Concluido esto ,  Miguel Ángel pudo regresar a su primer compromiso, finalizando la estatua del "Moisés" casi al mismo tiempo del fallecimiento de Julio II, en Febrero del 1513.
Fue realizada en 1513 por Miguel Ángel en el periodo Cinquecento Italiano, en la época en la que se desarrolló el humanismo y por tanto el antropocentrismo, del espíritu científico y del neoplatonismo que tuvieron influencia en el artista. Pasa por distintas etapas artísticas: Juvenil (1491-1505), en Florencia, muy clasicista, en la que busca la Belleza ideal, Madurez (1505-1534), en Roma, aparecen tendencias manieristas y empieza a disolverse el ideal estético clasicista, como en el Moisés y los Esclavos y la  Vejez (1548-1564), en que consuma la ruptura y busca la expresión de la Idea, como en su Piedad Rondanini.
La obra es de mármol blanco de Carrara, es una escultura sedente exenta de bulto redondo y de cuerpo entero. Lo más destacable de esta escultura es que se representa con cuernos en la cabeza. Se cree que esta característica procede de un error en la traducción por parte de San Jerónimo del capítulo del Éxodo. El error pudo ser posible debido a que la palabra “karan” en hebreo significa rayo o cuerno. Cuando Miguel Ángel la esculpió, el error de la traducción había sido advertido, y los artistas de la época no lo representaron con los cuernos, excepto Miguel Ángel que intentó mantener la iconografía anterior ya que en una pintura religiosa se suele colocar un aro luminoso detrás de la cabeza de una figura con merecimientos espirituales. En una escultura esto es imposible; por lo tanto Miguel Ángel utilizó el artificio de colocar cuernos a Moisés para resaltarlo como figura digna del mismo reconocimiento espiritual.
La composición, muy estudiada, es cerrada, clásica; se estructura en un eje vertical desde la cabeza hasta el pliegue formado entre las piernas del profeta, cuya figura queda enmarcada por dos líneas rectas verticales en los extremos. Existe un ligero contrapposto marcado por el giro de la cabeza y la simétrica composición entre brazo izquierdo hacia arriba y derecho hacia abajo, así como pierna izquierda hacia fuera y derecha hacia dentro. Las líneas rectas quedan por dos líneas curvas paralelas: la que forma la larga y ensortijada barba hasta el brazo izquierdo, y la iniciada en el brazo derecho estirado hasta la pierna izquierda.
La escultura presenta una anatomía destacable, y tiene cierta tensión física: los músculos detallados, el hinchazón de las venas, las grandes piernas pesadas al empezar  a moverse y la terribilitá típica de Miguel Ángel.
Para la realización de esta obra, Miguel Ángel pudo recibir la influencia de obras clásicas que se descubrieron en el Cinquecento, como es el caso de Lacoonte y sus hijos, dónde Miguel ángel asistió a su descubrimiento, gracias a ella  incentivó la tendencia a la monumentalidad, musculatura y el trabajo de barbas y cabellos. Además en este periodo también se descubrió el Apolo de Belverede hacia 1511, pero no se sabe el nombre del escultor.
Por otro lado, el cuerpo del Moisés se presenta tenso, ya que al regresar de su estancia del monte Sinaí; portando bajo el brazo las tablas para enseñárselas a los israelitas, contempla como estos han abandonado el culto de Jahvé y están adorando al becerro de oro.
Presenta los 4 elementos neoplatónicos: la tierra ( forma de los pliegues de la ropa o modo de cueva), el aire (al respirar se pueden observar las aletas de la nariz expandidas), el agua (barba a modo de cascada) y fuego ( en los “cuernos”).
La leyenda cuenta que, al acabarlo, el artista golpeó la rodilla derecha de la estatua y dijo “¿Por qué no me hablas?” sintiendo que la única que le faltaba por extraer del mármol era la propia vida. En la rodilla se puede encontrar la marca de Miguel Ángel al golpearle.

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