LA CATEDRAL DE JACA
Paula Jiménez, Hayat Hawa, Sara
Martínez y Alba Calvo.
Como introducción acerca de la
catedral de Jaca, es importante hacer una breve reseña de la historia medieval
de la ciudad que encontramos en Huesca.
Jaca era una pequeña villa, principalmente agrícola, cuya situación era
estratégica porque entre Francia y España encontramos la ruta de comercio. A
principios de la época medieval, se instalaron el cobro de peajes y los
impuestos mercantiles, y con parte de ese dinero de impuestos se levantó la
catedral de Jaca.
Entre 1064 y 1094, encontramos el reinado de Sánchez Ramiro. La villa pasó a
ser el centro potenciador y la capital de la Corona de Aragón. Se crearon
fueros jaqueses, con el objetivo de que acudieran nuevos pobladores, que
finalmente acudieron pobladores ultrapirenaicos, francos y burgueses. Los
burgueses se dedicaron principalmente al mercado, donde lo situaron alrededor
de la catedral, y la prueba de ello está en la vara jaquesa (unidad de medida
que se utilizaba en la época solamente en el reino de Aragón, y equivale a 77 centímetros ), que
se utilizaba en las transacciones mercantiles y está grabada en una de las
jambas, de la lonja pequeña de la catedral.
CARACTERÍSTICAS ARQUITECTÓNICAS
La catedral de Jaca pertenece a la
arquitectura románica que es considerada como el primer gran estilo internacional que se
difunde en el occidente europeo desde la caída del Imperio romano. Esto se debe
al poder que impone la Iglesia sobre toda la cristiandad y que crea un efecto
de homogeneidad artística y cultural en toda Europa. Por ello también hay que
considerar la arquitectura románica como un fenómeno religioso, que tendrá en
el templo su manifestación más característica.
La arquitectura románica, es la
arquitectura de los monasterios, las iglesias y las primeras catedrales
urbanas. Se trata por tanto de un modelo constructivo cuyo objetivo principal
es rendir culto a Dios
También es una muestra del poder
de la Iglesia debido a la grandeza de sus
construcciones.
La catedral de Jaca es sin duda
el arte románico por excelencia, representa elementos comunes de este periodo y
propios de esta obra que posteriormente serán imitados y adquieren características
propias del románico jaques presente en todas las obras románicas en la península.
Algunos de estos elementos son
los que destacamos a continuación: En el exterior, cabe destacar la figura de
tres elementos fundamentales: la portada occidental; el pórtico meridional y el ábside de la Epístola. La portada
Occidental se encuentra cubierta por el
amplio pórtico de dos tramos y era la portada principal por la que accedían los
peregrinos al interior de la catedral. Se compone de dos columnas acodilladas
en cada una de sus jambas con arquivoltas que alternan roscas planas con boceles,
delimitadas por el taqueado jaques (El taqueado
jaqués o ajedrezado es un
tipo de ornamentación basada en pequeños cilindros alineados que se encuentra
tanto en frisos como arquivoltas
de puertas y ventanas). Los capiteles presentan la misma estilística de
tendencia clásica como la portada meridional e interior del templo. Destaca por
sus dimensiones, pero sobre todo por su interesante tímpano, en el que se
muestra la intención divulgativa de los pasajes bíblicos en cuyo centro se
dispone un Crismón Trinitario flanqueado por dos leones. (Símbolo
de la monarquía aragonesa) rodeado por varias
inscripciones en latín que dan la
explicación de la portada, cabe destacar la importancia que tenían las puertas en
los templos medievales, pues éstas eran mucho más que un elemento material. Las
puertas de las iglesias, en el medievo, marcaban la separación física entre el
mundo ruidoso y pecaminoso del exterior y el interior del templo, entendido
como la verdadera Casa de Dios.
Respecto al pórtico
meridional, debemos señalar que es el resultado de importantes reformas
llevadas a cabo en el siglo XVII, cuando se colocó un tejado apoyado en siete
capiteles procedentes del primitivo claustro románico de la Catedral.,
sobresaliendo por encima de todos ellos el del rey David, ubicado en su extremo occidental. La
portada meridional, presenta dos columnas acodilladas y un arco que alterna
arquivoltas planas con boceles. Los capiteles representan la Burra de Balaam y el Sacrificio de Isaac. Ambos revelan,
tanto en el tratamiento de vestiduras (ángel) como en la referida voluntad por
captar la anatomía (Isaac), la atracción que sobre el escultor debieron ejercer
las realizaciones escultóricas de época romana.
El último elemento, es el
ábside meridional. Éste es el único de los tres ábsides que se conserva en románico
original, tanto al interior como al exterior. En él quedan reflejados los
elementos arquitectónicos más importantes del románico jaques, que se
irradiarán desde la catedral jaquesa por todo el Camino de Santiago: el ajedrezado
o taqueado, que decora las líneas de imposta y el trasdós de los
arcos, tanto al interior como al exterior, las bolas jaquesas, o bezantes,
que encontramos también en las basas de las columnas interiores de la catedral
y los canecillos de diferentes motivos, presentes en todas las cornisas del
edificio.
El interior de la catedral de
Jaca se nos muestra como una obra maestra. Esa sensación subsiste a pesar de
las sucesivos reformas realizadas a lo largo del tiempo, algunas de las cuales,
como la destrucción
del primitivo ábside para convertirlo en coro, han hecho
desaparecer las proporciones primitivas del templo.Las tres naves están separadas por arquerías de medio punto que apoyan sobre pilares cruciformes y cilíndricos que se alternan, configurando
un curioso "tramo doble". Los capiteles, con una configuración básica
de orden corintio, presentan diversos tipos de decoración: geométrica,
vegetal y figurada.
Las naves de la catedral estaban cubiertas por una techumbre de madera (a dos aguas la central y
a una las laterales), que posteriormente como veremos se sustituirán por las
actuales bóvedas. El resto de la catedral mantiene su sistema de cubrición
original: bóveda de medio cañón para los brazos del transepto y los tramos rectos de los
ábsides, cúpula semiesférica sobre trompas para el crucero y bóveda de horno
para los tramos curvos de los ábsides.
CARÁCTERÍSTICAS
DE LA PLANTA DE LA CATEDRAL DE JACA
El interior de la catedral de Jaca nos permite contemplar la grandiosidad de
una iglesia de planta basilical típicamente románica: Se compone de tres naves:
dos naves laterales y una nave central de mayor altura delimitadas por columnas
y pilastras con cabecera de tres ábsides, siendo mayor el central, y con un
transepto que no sobrepasa la anchura de las dos naves laterales.
Las naves tienen cinco tramos cada una. En la nave de la derecha se encuentra: la capilla de Santa Ana, Retablo de la Anunciación, Retablo de la Virgen de los Dolores Capilla de San Sebastián y Capilla de San Miguel. En la nave de la izquierda: se encuentra la ábside del Evangelio Capilla de San Jerónimo, Sepulcro plateresco del obispo de Alger, Capilla de Santo Cristo, Capilla de San Agustín, Capilla de Santa Orosia, y la Sacristía.
Las naves tienen cinco tramos cada una. En la nave de la derecha se encuentra: la capilla de Santa Ana, Retablo de la Anunciación, Retablo de la Virgen de los Dolores Capilla de San Sebastián y Capilla de San Miguel. En la nave de la izquierda: se encuentra la ábside del Evangelio Capilla de San Jerónimo, Sepulcro plateresco del obispo de Alger, Capilla de Santo Cristo, Capilla de San Agustín, Capilla de Santa Orosia, y la Sacristía.
Las tres naves están separadas por pilares cruciformes con medias columnas adosadas, que alternan con columnas; los capiteles, de origen corintio, están decorados con motivos geométricos, vegetales y figurados.
El interior presenta luminosidad debido a numerosas ventanas abiertas tanto en la nave central como en las laterales, además de los ventanales de los ábsides, aunque reformas posteriores han hecho que se cegaran unas cuantas, lo que da lugar a bastante oscuridad en el interior.
Al exterior, tres elementos llaman la atención de la silueta de la catedral de Jaca: la portada occidental o lonja grande; el pórtico meridional o lonja pequeña y el ábside de la Epístola
Primera etapa constructiva:
Entre el año 1076 y el año 1082, en pleno reinado de Sancho Ramírez, se comienza a construir la catedral de Jaca por la cabecera y según una tipología de planta catedralicia que ya está plenamente definida: una planta rectangular, sin transepto saliente y tres ábsides alineados con las tres naves.
Segunda etapa constructiva:
Fue con la llegada al trono de Alfonso I "El Batallador" cuando se retoma la construcción de la catedral y abre la que será la segunda etapa constructiva. En abril de 1139 la catedral de Jaca ya estaba terminada.
Tercera etapa constructiva :
Hacia la segunda mitad del siglo XV, momento en el que el patriciado urbano y algunos canónigos están empeñados en adecentar un viejo edificio lleno de goteras y sin ornato. Una tarea en la que se encontrarán con más facilidades por los estragos causados por los sucesivos incendios que sufrió la catedral entre 1395 y 1450. Se hacen nuevas capillas, en estilo tardogótico (San Sebastián, La Anunciación y Santa Ana) y aparezcan otras en estilo renacentista y que constituyen las auténticas joyas de la catedral. De entre ellas destacan la espléndida capilla de San Miguel (Juan de Moreto, Gil Morlanes "el mozo" y Juan de Salas en 1523), la de la Trinidad (Juan de Anchieta en 1572), el Sepulcro de obispo Baguer y el Retablo de San Jerónimo (sito en el ábside del lado del evangelio y realizado por el escultor Jorge de Flandes).Ya a finales del siglo XVII se reconstruye el claustro, sustituyendo el románico por el actual de factura barroca (cuyas crujías acogen el Museo Diocesano), y se erige una nueva capilla dedicada a Santa Orosia, patrona de Jaca.
Los ábsides de la
catedral
La cabecera fue tripartita, con ábsides semicirculares, más largo y alto, el central. Estos ábsides tenían bóveda de medio cañón en los tramos presbiteriales y de cuarto de esfera en los ábsides.
De los tres ábsides románicos sólo el sur o de la Epístola se conserva inalterado, pues su simétrico quedó destruido, y el central fue ampliado a finales del siglo XVIII para evitar las humedades de un cementerio cercano, y para poder trasladar al presbiterio el coro y el órgano que estaban situados desde antiguo en los pies de la nave central
En este ábside meridional aparecen resumidos los elementos y el lenguaje arquitectónicos característicos del románico jaqués, entre los que destacan los "tacos" o "billetes" en ajedrezado (discurre en forma de imposta por el exterior e interior del edificio) y las "bolas" (presentes también en los apoyos interiores). Su decoración es del maestro de Jaca.
- Se estructura en tres niveles horizontal es separados por una moldura corrida de ajedrezado jaqués. Aparece bajo el nivel de las ventana; continuando los ábacos de los capiteles, Orlando también el adovelamiento exterior de la ventana; el cuerpo superior, un nuevo ajedrezado, remata el tejado, sostenido por canecillos decorados con metopas bajo el alero.
- Una columna adosada de basa ática, capitel corintio y fuste liso, que apea sobre una pilastra a nivel del tercio inferior del ábside, articula sus tres niveles. Probablemente hubo otra, al lado norte de la ventana, que desaparecería al rehacer el ábside central
- La ventana que centra el ábside es prototipo del ventanal jaqués, flanqueado por dos columnas rematadas en capitel, como si una pequeña portada fuese. El capitel sur es de entrelazo, que surge de las fauces de un león en la esquina. El norte, peor conservado, muestra una lechuza.
El ábside norte del templo que se halla rigurosamente escondido tras el renovado y magnificado ábside central. Al eliminar la construcción que lo ocultaba apareció sólo el núcleo del paramento original, sin los sillares primero que le cubrían , y que habían sido utilizados para la construcción que le ocultaba. Le colocaron en su restauración, una hiladas horizontales de placas de piedra, escalonadas horizontalmente y reversibles en su instalación, pudiénsose desmontar si en un futuro se quiere.
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