Kuros D’Anavyssos –
Comentario
El Kuros D’Anavyssos (Kuroi
en plural) es una escultura en piedra, de 1’96m. Fue hallada en Grecia en 1936,
en Anavyssos, pero fue esculpida cerca del s. VII a.C, en el periodo arcaico.
Esta etapa fue de creación y formación, cuando se establecieron los principios
estéticos del arte griego. Se dejó de tallar en madera para utilizar
herramientas de hierro, como en este Kuros.
Actualmente se encuentra en el Museo Nacional de Athenas.
Actualmente se encuentra en el Museo Nacional de Athenas.
El autor es desconocido, y
destaca la búsqueda de la belleza y la perfección propia de la época, por lo
que no es un retrato fiel, sino más bien un modelo para los hombres que lo
veían.
Los Kuroi son esculturas que representan jóvenes atletas, participantes y campeones en los juegos olímpicos.
Los Kuroi son esculturas que representan jóvenes atletas, participantes y campeones en los juegos olímpicos.
Es una obra de cuerpo entero
exenta de bulto redondo, desnudo, caracterizada por su geometrismo, pudiendo
verlo en el pelo o la anatomía. Sus medidas algo desproporcionadas son poco
realistas.
Presenta un rostro inexpresivo, con ojos almendrados, nariz recta griega y sonrisa estereotipada o ‘arcaica’, que no transmite sentimientos.
El pelo largo y rizado que podemos ver recogido es, además, poco natural.
También podemos observar una anatomía no muy lograda, con un cuerpo rígido, las manos empuñadas y los brazos pegados al muslo.
La pierna izquierda adelantada, en cambio, intenta representar movimiento.
Presenta un rostro inexpresivo, con ojos almendrados, nariz recta griega y sonrisa estereotipada o ‘arcaica’, que no transmite sentimientos.
El pelo largo y rizado que podemos ver recogido es, además, poco natural.
También podemos observar una anatomía no muy lograda, con un cuerpo rígido, las manos empuñadas y los brazos pegados al muslo.
La pierna izquierda adelantada, en cambio, intenta representar movimiento.
Respecto a sus influencias,
podemos ver indicios de la cultura de Creta en su cara y cabeza, que a su vez
asimiló características del arte egipcio. Éste se representa en el pelo, los
ojos, la inexpresividad o la frontalidad, ya que era una escultura para ser
vista de frente.
Sin embargo, a diferencia del arte egipcio, se le da mucha importancia a la simetría, evitando giros o inclinaciones, buscando así un equilibrio entre la belleza y el intento de naturalidad.
Sin embargo, a diferencia del arte egipcio, se le da mucha importancia a la simetría, evitando giros o inclinaciones, buscando así un equilibrio entre la belleza y el intento de naturalidad.
Como curiosidad, la base de
este Kuros fue encontrada en 1938, 2 años después que la escultura, y en su
segundo peldaño está escrito:
‘Permanece triste y en pie, junto a la estela del fallecido Kroisos, luchador de primera línea, a quien el tempestuoso Ares ha arrebatado’.
Siendo Kroisos un luchador griego fallecido hace 2500 años.
‘Permanece triste y en pie, junto a la estela del fallecido Kroisos, luchador de primera línea, a quien el tempestuoso Ares ha arrebatado’.
Siendo Kroisos un luchador griego fallecido hace 2500 años.
Por último, conocemos que la
versión femenina de los Kuroi son unas esculturas llamadas Korai, o Koré en
singular, que se diferencian de éstos en que van vestidas con ropajes poco
naturales y rompen con la simetría y la rigidez al tener un brazo flexionado o
sosteniendo una vasija.
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