martes, 21 de mayo de 2013


EL ARCO NEGRO DE KANDINSKY

El 4 de diciembre de 1866 nació en Moscú Vasili Vasílievich Kandinsky, uno de los pintores más representativos de Rusia, que además de teórico de arte, fue uno de los precursores de la abstracción.
Entre 1886 y 1889 estudió derecho en Moscú, pero su gran pasión siempre fue el arte. En 1896 rechazó un puesto como docente en la universidad de Dorpat para estudiar lo que realmente le gustaba en Munich, el arte. En Munich entró en contacto con las vanguardias gracias a Paul Klee, que junto al propio Kandinsky, fue uno de los creadores del grupo expresionista Der Blaue Reiter (El Jinete Azul), impulsor de la abstracción lírica, que se caracterizaba por la ausencia de contornos geométricos determinados. De Paul Klee recibió el ideal de que el arte no necesita conceptos figurativos y por ello Kandinsky buscó siempre la belleza a través de la combinación de colores, comparándolos con acordes musicales. El propio autor afirmó que “el color es el medio para ejercer una influencia sobre el alma”, un claro reflejo de este pensamiento fue el conjunto de estaciones que realizó en 1914. Tras el triunfo de la revolución rusa, en la cual colaboró, Kandinsky volvió a su país de origen, aunque no tardaría mucho en volver a Alemania, donde colaboró en el museo Bauhaus Kandinsky. En 1933 el museo fue clausurado por los nazis, y Kandinsky se fue a vivir a París, donde fallecería el 13 de diciembre de 1944, no sin antes evolucionar a una abstracción más cercana al surrealismo. Hay que destacar durante toda su obra que desde sus inicios con la exposición “Secessión de Berlín” en 1902 hasta su producción final ha variado mucho su dibujo. En sus primeras obras realizaba dibujos reconocibles, pero las etapas posteriores de su producción se caracterizaron por una abstracción total. Partió de la pintura figurativa para llegar a la abstracción. Para concluir con la vida de este autor hemos destacado una cita de su tratado “De lo espiritual en las artes”:

“Así como cada palabra pronunciada provoca una vibración interior, todo objeto representado en imagen provoca una vibración interior. Renunciar a esta posibilidad… significaría reducir el arsenal de los propios medios de expresión”
                                                                                             
                                                                                          Vasili Vasílievich Kandinski



Kandinsky fue todo un revolucionario del arte a comienzos del siglo XX y está considerado como el precursor del arte abstracto con su obra Primera acuarela abstracta. No obstante, hay que decir que Wassily Kandinsky llegó al arte de la abstracción pero tras un largo periodo en el que sus obras fueron de estilo expresionista, el estilo emergente en Alemania, más concretamente en Munich donde vivía por aquel entonces.
Es decir, su proceso para llegar a la representación abstracta fue partiendo de la emoción, de sus propios sentimientos, ya que él toma un rasgo de la realidad en su mente y en la tela iba transformando esa carga sentimental en otra cosa, distinta y por supuesto, tremendamente novedosa.
Hay que decir que la doctrina del Expresionismo propugnaba en sí misma la experimentación. Según esa doctrina, lo único importante en el arte, no era la imitación de la naturaleza, sino la expresión de los sentimientos a través de una selección de líneas y colores. Es entonces cuando Kandinsky llega al arte abstracto.

Kandinsky destaca en su obra literaria De lo espiritual en el arte los efectos psicológicos que provocan en el espectador los colores puros y en muchas ocasiones los relaciona con sonidos musicales. Desde ese punto de vista, plantea sus obras como experimentos que le lleven a crear una música cromática, donde cada color sea un instrumento.
Entonces pensaba, como podemos comprobar en cualquiera de sus obras que el arte no necesitaba de motivos figurativos, debe organizarse con libertad para que produzca una impresión espiritual y psíquica personal.

Se deduce que el camino que siguió Kandinsky  para llegar a un movimiento artístico como la Abstracción no fue una mera casualidad, sino que llegó hasta allí tras un largo proceso de reflexión sobre su pintura, y aunque en su momento causó una enorme polémica su obra, criticada por unos y alabada por otros, lo cierto es que él fue quien abrió una de las vías artísticas más exploradas hasta la actualidad, y él fue el primero de una larguísima lista de pintores en los que la imitación de la naturaleza ha desaparecido por completo, es decir, él inventó la llamada pintura no figurativa, y sin su presencia en la Historia del Arte sería inconcebible la pintura o el diseño gráfico actual.

Respecto a la obra El arco negro se encuentra dentro de las del grupo Der Blaue Reiter (El Jinete Azul).
Se trata de un óleo sobre lienzo a pesar de que se asemejan a las acuarelas abstractas del autor, y esto es porque las toma como precursoras para realizar esta obra.
Predominan las manchas de color enmarcadas entre las que se destaca “el arco negro”, que da nombre a la obra.
Los colores son muy subjetivos ya que como el mismo Kandinsky afirma “El color es un medio para ejercer una influencia sobre el alma”. Se armonizan primarios y secundarios aunque predomina una tonalidad suave. Además los colores hacen las líneas.
En la obra no existe tema ni composición aparente, ni tratamiento de la luz. Esto se debe a que estamos ante una auténtica abstracción situada dentro de la abstracción lírica.






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