El Grito de
Munch
El expresionismo fue un movimiento cultural surgido
en Alemania a principios del siglo XX, que se plasmó en artes plásticas,
literatura, música, cine, teatro, danza, fotografía, etc.
El expresionismo como corriente artística buscaba la expresión de sentimientos y las emociones del autor más que representar una realidad objetiva. Anteponen el sentimiento a la forma del objeto, adaptando los lenguajes existentes a su propia temática en clave de angustia y pesimismo.
Así, los pintores consiguen producir un impacto emotivo ante sus obras tras utilizar la pintura como medio para desahogarse y ver la vida desde otro punto de vista.
Algunas características básicas son:
El expresionismo como corriente artística buscaba la expresión de sentimientos y las emociones del autor más que representar una realidad objetiva. Anteponen el sentimiento a la forma del objeto, adaptando los lenguajes existentes a su propia temática en clave de angustia y pesimismo.
Así, los pintores consiguen producir un impacto emotivo ante sus obras tras utilizar la pintura como medio para desahogarse y ver la vida desde otro punto de vista.
Algunas características básicas son:
- Introducen una fuerza psicológica y expresiva mediante colores fuertes y puros combinados al azar, con líneas que expresan la angustia de los autores.
- Los colores son colocados en la tela para provocar distorsión de sus líneas y de las figuras que forman.
- Destacan los colores azul, amarillo y verde para contrastar con la simplicidad del blanco y el negro.
- Son frecuentes los rostros desfigurados y tristes.
Edvard Munch nació en 1863 en Noruega.
Hijo de un médico de enfermos pobres y profundamente religioso, vio morir a los
5 años a su madre por culpa de la tuberculosis, y 9 años más tarde a su hermana
mayor Sophie.
Estos hechos ejercerían una influencia
decisiva en su actitud
artística.
Después de un año en la Escuela Técnica de Arquitectura, decidió dedicarse a la pintura y se inscribió en la Escuela de Dibujo de la ciudad.
Después de un año en la Escuela Técnica de Arquitectura, decidió dedicarse a la pintura y se inscribió en la Escuela de Dibujo de la ciudad.
Viajó a París gracias a una beca y allí
comenzó a desarrollar el expresionismo. En el año 1892 expuso en Berlín y sus
obras impactaron tanto a las autoridades que cancelaron la muestra.
Posteriormente fue internado en una clínica psiquiátrica debido a sus problemas nerviosos, agravados por el alcoholismo.
Posteriormente fue internado en una clínica psiquiátrica debido a sus problemas nerviosos, agravados por el alcoholismo.
Cuando se restableció volvió a Noruega,
donde inició un periodo que mostraba más vitalidad, aunque pintó obras que
reflejaban la pérdida de su madre y su hermana, las cuales eran de carácter
triste y sombrío.
Además realizó numerosas xilografías,
aguafuertes y litografías.
Munch falleció en Ekely a las afueras
de Cristania, donde en 1944 murió completamente solo.
El Grito fue
pintado en 1893 en París, una de las cunas del pensamiento contemporáneo, y uno
de los lugares donde hubo más reacciones sociales como consecuencia de la
Revolución Industrial de la época, y gracias a la cual, la economía dominaba a
la sociedad. Además fue una época llena de protestas, robos, sabotajes, huelgas
generales etc. contra la burguesía.
‘El Grito’ es un cuadro realizado
siguiendo la técnica de óleo sobre lienzo.
El tema simboliza a un hombre moderno
en un momento de profunda angustia y desesperación existencial.
La figura principal está deformada a
través de constantes curvas, lo que le da un aspecto de llama. La
representación de la cara y las manos es esquemática. Esta figura se encuentra
en un sendero con vallas que se pierde de vista fuera de la escena.
Por detrás, al fondo, se aprecian dos
figuras con sombrero que no se pueden distinguir con claridad.
El paisaje de fondo es Oslo visto desde
la colina de Ekeberg. En él, el cielo aparece fluido y arremolinado, igual que
el resto de la escena.
La figura
principal se encuentra en el primer plano de la escena, alrededor de la misma
se puede encontrar un eje inclinado que va siguiendo la barandilla, y también
unas líneas curvas paralelas que se pueden ver en la parte superior del cielo.
Respecto a
los colores, destaca un fuerte contraste entre los naranjas del cielo del
tercio superior de la obra y los azules de los otros dos tercios, siendo el
azul más fuerte en el color del agua para diferenciarla de las porciones de
tierra que la rodean. Se contraponen así los colores cálidos, naranjas,
marrones y amarillos, con los fríos azules. A su vez podemos distinguirlos en
primarios como el azul y secundarios como el naranja ya que son los colores
predominantes. Además, son antinaturales, ya que no pretendían ser fieles a la
realidad sino que tienen un valor expresivo.
La luz
tampoco es natural, no tiene un foco determinado ni emplea el claroscuro debido
a que ésta es una técnica a la que ya no se le daba importancia. Consigue, sin
embargo, la profundidad y el movimiento gracias al trazo ondulado de las
pinceladas.
Cabe
destacar que El Grito es el título que le dio Edvard Munch a cuatro de sus
obras, siendo la más famosa la que se encuentra en la Galería Nacional de
Noruega. Otras dos se establecen en el Museo de Munch, en Oslo, y la cuarta
pertenece a una colección privada. Ésta última pertenecía a Petter Olsen, hijo
de un armador que fue vecino y amigo de Munch, y batió el record al ser
subastada el pasado año por casi 120 millones de dólares.
Además, El Grito que encontramos actualmente en la Galería Nacional de Noruega fue robado en 1994 del mismo lugar por una banda de ladrones, que posteriormente pidieron un millón de dólares por la entrega del cuadro al gobierno. Éste se negó, y siete meses después fue recuperado por la acción de la policía.
En 2004, uno de los gritos que se encontraban en el Museo de Munch también fue robado a mano armada y no fue recuperado hasta dos años después, con daños irreparables por el mal estado en el que estuvo conservado ese tiempo.
Este cuadro
tuvo influencias sobre el expresionismo alemán, y especialmente en la corriente
conocida como ‘El puente’, a la que se unieron pintores que criticaban las
sociedades regidas por el trabajo industrial y por el sistema socio-económico
que se había establecido en esta época.
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