sábado, 16 de marzo de 2013

La Piedad del Vaticano- Miguel Ángel

LA PIEDAD DEL VATICANO                                                         Carlos Caballero Medina

Datos biográficos

Miguel Ángel Buonarroti, (Caprese, 1475 - Roma, 1564) Reconocido como la gran figura del Renacimiento italiano, un hombre cuya excepcional personalidad artística dominó el panorama creativo del siglo XVI. La vida de Miguel Ángel transcurrió entre Florencia y Roma, ciudades en las que dejó sus obras maestras.

De carácter cerrado y extremadamente huraño, fue un hombre polifacético, independiente y persistente en sus esfuerzos. Su característica más destacada fue una enérgica determinación. Su mayor empeño, la lucha por alcanzar la perfección.

Durante los cerca de setenta años que duró su carrera, cultivó por igual la pintura, la escultura y la arquitectura, con resultados extraordinarios en cada una de ellas. Una de sus cualidades más destacadas fue la denominada “terribilità”, este término se refiere a aspectos como el vigor físico, la intensidad emocional y el entusiasmo creativo, verdaderas constantes en las obras de este creador que les confieren su grandeza y su personalidad inimitables.
Dejó a medias varias esculturas de esclavos que se cuentan en la actualidad entre sus realizaciones más admiradas, ya que permiten apreciar cómo extraía literalmente de los bloques de mármol unas figuras que, como él mismo decía, ya se encontraban en su interior.

La Piedad

La Pietà o Piedad es un grupo escultórico en mármol, de bulto redondo, de estilo Renacimiento – Cinquecento, realizado por Miguel Ángel entre 1498 y 1499. Sus dimensiones son 174 por 195 cm. Se encuentra en la Basílica de San Pedro del Vaticano. Está situada en la primera capilla a la derecha, nada más entrar por la puerta principal.

La obra representa el instante posterior a la crucifixión, la Virgen María, joven, bella y piadosa cuyas vestiduras se expanden con numerosos pliegues, sostiene a Cristo muerto y que, intencionadamente, aparenta mayor edad que la Madre, en una composición triangular sosegada y llena de ternura. La juventud de la Virgen María es muestra del idealismo renacentista: se trata de representar el ideal de belleza y juventud, una Madre eternamente joven y bella.

La obra fue encargada por el cardenal de san Dionisio Jean de Villiers, embajador de Francia ante la Santa Sede. El contrato estipulaba el pago de 450 ducados de oro y que habría de estar terminada antes de un año. Dos días antes de cumplirse el plazo ya estaba terminada, pero el cardenal había muerto unos días antes, por lo que su primer emplazamiento fue sobre la propia tumba del prelado en la Capilla de Santa Petronila. La Piedad fue trasladada en 1749 a su ubicación actual en la Basílica de San Pedro, la primera capilla a la derecha.









Composición

Las dos figuras de la Piedad forman una pirámide cerrada, en la que la Virgen, sentada y erguida, sostiene a Jesucristo yacente en su regazo.
El cuerpo de Cristo casi está encuadrado por completo dentro del contorno del cuerpo de la Virgen, lo que acentúa la unión entre madre e hijo. Podemos observar un visible contraste entre el cuerpo de Cristo, compuesto por diagonales, y los pliegues curvilíneos de María.
La Virgen, manteniendo la mirada baja y evitando mirar directamente al observador, acoge a su hijo con la mano derecha, a la vez que con la izquierda nos invita a adorarlo. Su vestido actúa como base de la pirámide.
El conjunto escultórico contrapone la desnudez del cuerpo de Cristo estilizado con el ropaje de profundos pliegues de María, y también contrapone la pesadez de ésta a la liviandad de su hijo, el cual sólo toca el suelo con su pie derecho.


Cuando la obra fue entregada, algunos pusieron en duda su autoría dudando de él por su juventud. Al enterarse, en un arranque de furia, grabó a cincel su nombre en la escultura, siendo la única obra firmada del artista. En la cinta que cruza el pecho de la Virgen puede leerse: «Miguel Ángel Buonarroti, florentino, lo hizo».

En 1972  la imagen sufrió un atentado cuando un geólogo australiano golpeó con un martillo en quince ocasiones el rostro y uno de los brazos de la Virgen.
La escultura sufrió graves daños: el martilleo había quitado cincuenta fragmentos, rompiendo su brazo izquierdo y el codo, mientras que la nariz y los párpados estaban prácticamente destruidos, La restauración se llevó a cabo mediante la reutilización de los fragmentos originales, así como una pasta hecha de pegamento y polvo de mármol. Gracias a la existencia de numerosos modelos, fue posible reanudar el trabajo con fidelidad.
Desde entonces, la Piedad está protegida por una pared de vidrio especial a prueba de balas.

Otras “Piedades” de Miguel Ángel

La 2ª vez que plasmó el tema de La Piedad fue en la que se conoce como La Piedad de Palestrina, porque había sido adquirida por el Estado italiano para el Palazzo Barberini, en Roma.

La 3ª Piedad, llamada "de Florencia" fue comenzada entre 1545 y 1550, de Roma trasladada a Florencia (dentro de la Catedral o Duomo) y de allí al Museo della Opera del Duomo, donde se encuentra actualmente. Parece que fue realizada para su propia tumba.

La 4ª y última de las obras con el tema de la Piedad, apenas esbozada y en un bloque casi totémico, se encuentra en Milán, en el castillo Sforza. Ésta última Piedad de Miguel Ángel, llamada Rondanini por el nombre del palacio romano donde estuvo primero, fue la que lo tuvo ocupado hasta sus últimos días. Estuvo trabajando en ella hasta 6 días antes de su muerte.


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