miércoles, 13 de marzo de 2013


          NACIMIENTO DE VENUS; NOELIA VAQUERO PLAZA
 
 
La obra realizada en temple sobre lienzo y cuyas medidas son 172.5cm por 278.5cm, actualmente ubicada en la Galería o museo Uffici, Florencia, fue realiza por Sandro Botticelli por encargo de Pier Francesco de Médicis (primo de Lorenzo “El magnífico”) para su hija.

 

Sandro Botticelli nació el 1 de Marzo de 1445 en Florencia donde murió el 17 de Mayo de 1510, a la edad de 65 años, tras haber realizado infinidad de obras como: “Venus y Marte” o “Palas Atenea y el centauro” hacia 1482, “Historia de Nastagio degli Onesti”, “Virgen del Magnificat” o “Virgen del libro” en 1483, o como es el caso el “Nacimiento de Venus” en 1485, además viajó a Roma para decorar la Capilla Sixtina con tres grandes frescos: “Hechos de la vida de Moisés”, “Las tentaciones de Cristo” y “El castigo de los Rebeldes”. Pintor cuatrocentista italiano. Cuando nació Sandro, su hermano mayor Giovanni tenía 25 años, y se cree que lo adoptó y lo educó. Giovanni tenía el apodo de «Botticello», de este mote deriva el apodo de «Botticelli». Su padre lo mandó al taller de Fray Filippo Lippi, Curiosamente, años después, Botticelli acabaría siendo maestro, y teniendo en su taller al hijo de Filippo, Filippino Lippi. Gracias a la Adoración de los Magos, llamó la atención de los Médicis, que rápidamente emplearon su talento. En 1481 fue llamado por el Papa Sixto IV para pintar frescos en las paredes de la Capilla Sixtina.

Ya jubilado y retirado sigue inmiscuyéndose en la vida socio-cultural de Florencia, donde en 1510 muere olvidado y es enterrado en el sepulcro familiar de la Iglesia de Ognissanti. A su muerte, el único heredero verdadero de su arte fue Filippino Lippi.

 

La obra pertenece al primer Renacimiento, a un periodo denominado el Quattrocento, Siglo XV.

 

El Tema. Este cuadro de temática relacionada con la corriente neoplatónica, de grupos que seguían a Platón y decían que el ser humano debía buscar la unidad, entre la belleza, el amor y la verdad, cualidades presentes en Venus, simbólicamente expresa el Nacimiento de Venus, es decir, de la unidad, la armonía, la belleza entre los tres elementos: agua, tierra y aire. Venus emerge del mar sobre una concha empujada por el soplo de el Dios del viento del oeste, Céfiro y su esposa Cloris, Diosa también de la brisa, y en la orilla la se encuentra  la Primavera, es decir, una Hora o una Ninfa, que la espera para cubrirla con una capa con motivos florales.

 

El Espacio. Botticelli representa a los personajes como si pertenecieran a un mundo distinto al nuestro, un mundo idealizado, haciendo parecer a los personajes como flotando en el aire y al mar irreal, el escenario que nos presenta Botticelli es de un mundo maravilloso, más propio del sueño que de la realidad, lo representa así para mostrar que el amor verdadero solo se consigue en el mundo platónico de los sueños.

Botticelli fue capaz de pintar la Venus más bella de la historia del arte y además, representó la belleza en todo el cuadro, haciéndolo bello en sí mismo. El dibujo es preciso, de trazo limpio. No existe la preocupación por la perspectiva ni por la creación de espacio, sino que su preocupación se centra en la línea, lo curvo, los fondos planos y la profundidad atmosférica. Se da una leve sensación de movimiento en el aliento que empuja.

 

La Historia. Según cuenta la leyenda Venus, diosa del amor, nació de los genitales de Urano, cortados por su hijo Crono y arrojados al mar. El título de la obra no es exacto, puesto que, no representa el nacimiento de Venus, sino su llegada a una de las playas de Citerea, sobre una concha, empujada por el soplo de los Dioses alados y entre una lluvia de flores.

 

En Las Metamorfosis de Ovideo y Poliziano, se citan unos versos que describen su llegada:

 

“Por los céfiros lascivos empujada

veríais a la Diosa que del mar salía

exprimiendo cabellera remojada

mientras otra mano el pecho cubría”.

 

 

Paisaje: Botticelli opta por un sencillo fondo marino, con las riveras visibles y un grupo de árboles para compensar el vacío que quedaba detrás de la figura de Hora. Las olas del mar con forma de V se empequeñecen con la con la distancia y se transforman al pie de la concha. De los árboles cuelgan frutos, las hojas, los puntos de los frutos y el tronco se estilizan con el color dorado, así da la sensación de que Venus abarca toda la obra. El fondo solo esta iluminado alrededor de Venus, puesto que ella emana de la luz.

 

El desnudo femenino: sus contornos están trazados con un dibujo muy delicado, animándolo con un claroscuro de tan leves gradaciones que su piel obtiene percepciones nacaradas. El desnudo femenino considerado pecaminoso en el Arte Medieval Cristiano, se recupera en el Renacimiento como símbolo de inmaterialidad.

 

La geometría: Observamos en el centro encerrada en un triángulo la figura e Venus, ligeramente curvada representando en su silueta la curva praxiteliana acompañada a su derecha por Céfiro y Cloris, que dibujan una diagonal, y a su izquierda, también formando una diagonal, la ninfa Hora que traza con el manto con el que va a cubrir a Venus otra línea curva cerrando así la composición por  el lado derecho. La figura central Venus, está totalmente inspirada en La Afrodita de Cnido de Praxíteles.

 

Los colores: hay un claro contraste entre las figuras femeninas (Venus aparece blanquísima) y masculina (Céfiro, más oscuro).  Los colores son fríos primarios como azules del cielo y secundarios como verdes del mar que resaltan en contraposición con las zonas cálidas primarias como el rojo del manto o secundarios, naranja  como el pelo de Venus, o rosa de las flores y terciarios como marrón en el pelo de céfiro.

 

Los delicados detalles como en el vestido de Hora  o el manto bordado, tan minuciosos nos recuerdan a  la pintura flamenca de Van Eyck.

 

Personajes:

 

Céfiro y Cloris: Céfiro Dios del viento y Cloris Diosa de la brisa al desposarse con él. En el fragmento del libro Céfiro y Flora dice: “Cierto día de primavera Céfiro, el viento del oeste, descubrió paseando a la ninfa Cloris y al punto se enamoró de ella. La raptó y posteriormente se casó con ella. Como prueba de amor, Céfiro nombró a su amada reina de las flores. La concedió el poder de germinar las semillas de las flores ornamentales y de cultivo.” Estos dos fuertemente abrazados, simbolizan la unión de la materia y el espíritu. Alrededor de Céfiro y Cloris hay rosas, las espinas de las rosas recuerdan el dolor que el amor puede causar.

 

Una ninfa (o una Hora): A la orilla del mar, La Primavera, vestida con un traje floreado: blanco y bordado de acianos, un cinturón de rosas y en el cuello una guirnalda de mirto, planta sagrada de Venus y símbolo del amor eterno, la ropa en sí es símbolo también de la Primavera, conocida como la estacón del renacer. Espera a Venus para cubrirla con una capa o manta roja con motivos florales. Los pliegues aparecen muy marcados.

 

Venus: Venus emerge del mar con una delicada desnudez, en el medio de la composición, sobre una concha (Venera), la cual flota en un mar verdoso, sus largos cabellos cubren parte de su cuerpo y con su brazo derecho parte de su pecho. Venus es la diosa del amor, la belleza y la fertilidad. La Venus es tan bella que apenas nos damos cuenta de la antinaturalidad del largo de su cuello, la pronunciada caída de sus hombros y la extraña manera en la que cae el brazo izquierdo. Botticelli se tomó tales libertades con respecto a la naturaleza para exaltar el ideal de belleza y la armonía del dibujo. Tal es el detallismo en Venus que más bien parece una escultura en mármol que una pintura.

 

 

 

La obra trata una exaltación de la belleza femenina, la convicción cristiana del bautismo como renacimiento a una nueva vida. En este sentido la Venera sobre la cual se eleva Venus es símbolo de Cristo.

 

 

“¿Cuál es esa singularidad placentera que hace que su obra tenga la propiedad de emocionarnos?” (Walter Pater)

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