Las hilanderas:
Nos encontramos con una obra realizada por Diego
Velazquez en el último
periodo de su vida y también en uno de
sus últimos cuadros, lo pinto exactamente en 1657.
Esta última etapa de su
vida va desde el regreso de su último viaje de Italia en 1651, debido a las
continuas llamadas del rey Felipe IV, hasta su muerte. En esta fase Velazquez realiza las que serían sus mejores
obras como las meninas, la Venus
del Espejo o las propias hilanderas, se
caracteriza por plasmar el aprendizaje de toda una vida, llevando su técnica,
color, perspectiva, pincelada… hasta límites excepcionales,
Centrándonos en esta
obra podemos decir que se puede referir a ella de dos maneras la más conocida Las hilanderas o también como
La fábula de Arácne. Esta obra no fue encargada por el rey sino por montero
mayor, Don Pedro de Arce, que tenía grandes influencias en la corte de Madrid,
más tarde esta obra pasaría a pertenecer a las colecciones reales y resultaría
afectada por un incendio de 1664 que se originó en el lugar donde se situaba,
el Alcazar de Madrid.
Para remediar los daños
que sufrió se le añadieron 4 franjas en todos sus borde pintados por otros
artistas, alcanzó así unas dimensiones de 2’20 m por 2’98m.
Analizando técnicamente
este cuadro, debido a su situación tenemos que decir que es una pintura mueble
realizada sobre lienzo y aplicando sobre él una técnica de óleo.
Aparentemente podemos
observar una sala en la que diversas mujeres realizan su oficio como
hilanderas, pero como caracteriza el último periodo de la vida del autor, tiene
un carácter mitológico detrás de esta aparente escena cotidiana. En este lienzo
al igual que en la Edad Media , tenía una
función pedagógica, la cual consistía que mediante las sucesivas escenas y
planos se iba contando una pequeña fábula, la de Arácne, una joven mortal con
grandes dotes para hilar que retó a la diosa Atenea o Minerva para demostrar
sus dotes, esta escena se plasma en el primer plano, tras vencer Arácne a la
diosa tejiendo el tapiz que se muestra en el segundo plano, Atenea enfurece por
que había representado al rapto de Europa, el cual ofendía a su padre Júpiter,
por ello la diosa convierte a Arácne en araña condenándola a tejer toda su
vida.
Velazquez con esta
pequeña narración acerca a los dioses al mundo real , fundiendo perfectamente
un tema mitológico en una escena
cotidiana de la vida de los mortales .
La composición de este
cuadro es una de las mas complejas y enigmáticas de autor, podemos observa
varias composiciones las principales se encuentran en el primer plano del
lienzo, con forma triangular, como la figura de Aracne y la de la muchacha que está a su lado, que
mediante la conexión del brazo alargado se comunica con la siguiente
composición triangular que la componen la muchacha que se encuentra
agachada y la mujer del fondo de
espaldas. La ultima composición la forman la diosa y el instrumento que
utiliza formando también un triángulo.
En esta obra podemos
observar 3 planos superpuestos:
-
El primero de ellos lo componen las 5 hilanderas
más cercanas al espectador, que simula la disputa entre la diosa y la mortal,
en el que los cuerpos de estos dos personajes se encuentran completamente
opuestos entre sí, una de frente y la otra de espaldas , Atenea se encuentra
con la cabeza inclinada hacia la izquierda, el brazo derecho en alto y la
pierna derecha estirada, en cambio la figura de Arácne se encuentra con la
cabeza inclinada hacia la derecha, con el brazo izquierdo completamente
estirado y la pierna izquierda medio encogida. En este plano también
encontramos la contraposición de que las figuras de la izquierda se miran ente
sí y parece que mantienen una conversación , en cambio los personajes de la derecha
están concentradas en su faena y no presentan relación alguna.
-
El segundo plano lo compone solo la figura de la
joven que recoge madejas del suelo y cuyo rostro se encuentra prácticamente en
penumbra y que tiene la función de separar las dos partes luminosas del cuadro.
-
El tercer plano lo componen 5 personas en una
sala continua a la anterior que se
encuentra mucho más iluminada que el resto por una ventana situada en la parte
izquierda. En esta parte se encuentra la única figura en todo el cuadro que
mira al espectador fijamente invitándole a que se una a la escena. También
podemos encontrar un gran tapiz en la pared del fondo el cual habría tejido
Arácne representando el rapto de Europa, haciendo un homenaje a un cuadro que
realizó Tiziano para Felipe II.
Ha todos estos planos
hay que sumarle que en la parte más cercanas de todas hacia el espectador,
encontramos a una mujer corriendo una especie de telón, dando con ello comienzo
a la representación de toda la fábula, teniendo un carácter teatral que tanto
gusta en el barroco.
Con todo esto Velazquez
consigue una magnifica perspectiva aérea en toda la obra, que plasma una
atmósfera más profunda de la que se halla el espectador, a través de zonas
iluminadas y otras en penumbra, con colores mas vivos en lo más cercano y mas
suaves en el fondo. Logra con ello plasmar la sensación del aire que se
encuentra en la sala y que arropa a
todas las figuras.
El pintor utiliza una
gama muy reducida de colores, siendo casi monocroma, dando más importancia a lo
que quiere representar que al valor que puedan tener los pigmentos. Maneja una
paleta con colores ocres, tierras, óxidos, aplicados muy diluidamente, con
capas finas y mediante pinceles de astas muy finos y alargados.
También hace una
distinción entre cálidos como rojos, amarillos y algún naranja, aplicados en el
primer plano del lienzo para dar sensación de cercanía, y fríos con presencia
de azules o grises en el fondo de la obra, dando sensación de profundidad.
A su vez también podemos
observar la depurada técnica que Velazquez mediante el paso de los años a
adquirido, pudiendo plasmar con total soltura el pelo de animal, las pieles de
las hilanderas blanquecinas y perfectas, los diferentes hilos, ya sean en
hobillos, ruecas o manejas, con sensación de delicadeza, el cabello fino de las
damas del primer plano y llegando al cúlmine de su perfección al querer
representar la sensación de movimiento gracias a la rueca que mediante líneas
circulares y sin pintar las ascas de este instrumento parece que gire con total
soltura.
La pincelada que utiliza
Velazquez es magnífica ya que realiza todo con una gran soltura y fluidez, (muy
propio de la última etapa de la vida de Velazquez).
Mediante trazos
esquemáticos, rápidos, ligeros y
escasamente definidos en los contornos, consigue dar una sensación de borroso
que mediante el espectador se va alejando poco a poco las manchas se
transforman en figuras. El autor alcanza su esplendor en la pincelada
impresionista, se puede apreciar esto especialmente en los planos finales que
pierden nitidez en medida que se alejan dando sensación de profundidad
La luz procede del
exterior de dos puntos distintos, dos ventanas que se encuentran en la parte
izquierda del primer y tercer plano.
La luz del primer plano
es menos intensa e ilumina escasamente a la rueca y las muchachas de la
derecha, después se va oscureciendo poco a poco hasta llegar a una pared que se
encuentra completamente en penumbra y que en ella aparece el tercer plano que
da sensación de que esté más iluminado, donde prácticamente se pueden apreciar
los rayos de luz que entran por la ventana y se reflejan en el tapiz.
La sensación que esta
obra transmite al espectador es de teatralidad y realismo.
Finalmente Velazquez con
ella consiguió culminar el que sería su estilo maduro, estando presente también
en ella uno de los famosos arrepentimientos del pintor en la figura situada más
a la izquierda del lienzo en la mujer de perfil. Las hilanderas mediante un
perfecto uso de la luz, los contrastes, la pincelada y el magistral movimiento
de la rueca presentaría otra de las obras más famosas y valoradas del autor
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